World Rugby: Un paso a favor de la
igualdad de género
Nueva
Zelanda festeja el titulo del Mundial 2017
Imagen:
AFP
La
Federación Internacional de Rugby (World Rugby) anunció este miércoles la
adopción de una nueva regla por la que aplicará la neutralidad de género a la
denominación de todos sus torneos, entre ellos la próxima Copa del Mundo
(femenina) de 2021 en Nueva Zelanda.
"World
Rugby anuncia que sus competiciones emblemáticas de la Copa del Mundo a XV y a
VII no incluirán el género en sus sellos, reforzando así su compromiso en favor
de la igualdad y de la uniformidad de la marca", explica el comunicado de
la instancia. Es decir, en lugar de ser llamada Copa del Mundo femenina de
rugby, la competición se denominará simplemente Copa del Mundo.
Esta
decisión, presentada como inédita por una gran federación, se aplicará también
para los Mundiales de rugby a 7. "El objetivo es resaltar la visión
del juego femenino", añade el comunicado, que recuerda que en las competiciones
para hombres "tradicionalmente no se indicaba el sexo".
Serge
Simon, presidente del comité consultivo de mujeres en el World Rugby, se mostró
"encantado con esta decisión histórica, pero es el principio del
viaje".
Stéphanie Frappart tuvo una final con muchos aciertos y una duda en el
duelo entre Liverpool y Chelsea por la Supercopa
Entró a la historia por ser la primera árbitra en
dirigir una final masculina, pero también por su actuación, más allá de los
cuestionamientos por el adelantamiento de Adrian en el último penal.
La francesa Stéphanie
Frappart entró a la historia por ser la primera árbitra en
dirigir una final masculina de una competición europea. E ingresó de manera
notable porque tuvo una destacada actuación en el duelo entre Liverpool y Chelsea por la Supercopa de
Europa. Manejó el trámite del juego con solvencia la francesa y solo dejó una
duda: ¿se adelantó Adrián en el
último penal de la definición? ¿Debió ejecutarse de nuevo? El VAR no lo consideró.
Frappart estuvo acompañada por su ompatriota Manuela Nicolosi, como línea número
uno, y por la irlandesa Michelle
O'Neill. Y ambas tuvieron participaciones brillantes: en el primer
tiempo, la británica le anuló bien un gol a Christian Pulisic por off side; en la segunda
etapa, la francesa señaló posición adelantada de Mason Mount, que había definido
de manera magistral. Fueron dos acciones finas, pero resueltas de gran modo.
También Frappart fue protagonista de una jugada que la
puso en el centro de la escena al sancionar un penal de Adrián a Tammy Abraham en el primer
tiempo suplementario. ¿Fue penal? En las repeticiones se percibe un leve
contacto entre el arquero y el atacante. Muy leve. A favor de Frappart:
desde el VAR convalidaron el cobro sin necesidad de llamarla para la revisión.
Una cuestión para destacar fue el noble
comportamiento de los futbolistas. Casi no le protestaron a Frappart y jugaron
de manera leal. Un dato es curioso: apenas pitó 5 infracciones en la primera
parte (en los 120 minutos fueron 22 con 3 amonestados).
Otra jugada
que podría describirse como polémica fue una mano de Andreas
Christensen luego de una chilena de Sadio
Mané. La árbitra observó que el balón impactó en la mano del
defensor, pero consideró que no era infracción porque estaba por delante del
cuerpo. Es decir, si la pelota no rebotaba en la mano, lo hacía en el cuerpo.
Fue acertada la decisión de Frappart. Incluso, recibió el okey del
VAR.
Frappart es una árbitra muy considerada por la
FIFA: dirigió la final del Mundial Femenino en Francia entre Estados Unidos y
Alemania. Además, dirige regularmente partidos de la Ligue
1.
Pero Frappart
no es la primera mujer en comandar un partido de hombres en competiciones de
UEFA. El privilegio le corresponde la suiza Nicole Petignat, que el
14 de agosto de 2003 dirigió el duelo entre AIK Estocolmo y Fylkyr
Reykjavik.
"Lo de
Frappart es un gran paso para el fútbol femenino, no solo para el
arbitraje", señaló Petignat, que también arbitró la final de la Copa Suiza
de 2007.
Y analizó:
"En las federaciones suiza, francesa o alemana, por ejemplo, la condición
física era un problema. Las chicas no podían pasar las pruebas que eran
exigentes. Ahora los criterios se han aligerado en Alemania y Francia,
desafortunadamente todavía no en Suiza, por lo que las chicas pueden silbar más
fácilmente los partidos de alto nivel. Y si no corremos lo suficientemente
rápido en la acción, siempre estará el VAR, que es una gran ayuda".
La historia de Ornella Pellizzari, la surfista de
bronce que lucha contra el machismo
La marplatense, de 32 años, acaba de subir al podio
en los Panamericanos y se ilusiona con clasificar para Tokio 2020. Habla de su
militancia en el movimiento #NiUnaMenos y de su pelea contra las diferencias de
género en el deporte.
"Estoy
haciendo lo que me dio el universo". Ornella Pellizzari es la mejor
surfista de Argentina y fue medalla de bronce en los primeros Juegos
Panamericanos del surf. (Foto: Maxi Failla)
Se levanta antes de que salga el sol. Agarra
la bicicleta y pedalea los 13 kilómetros que separan el
pueblo Tecomán de Boca de Pascuales, la localidad de apenas 101 habitantes que
eligió para surfear tras colgarse la medalla de bronce en los Juegos
Panamericanos. "Me vine a México a encontrar el gran
tubo. Y a disfrutar también porque estuve esperándolo un montón
después de la preparación para Lima", cuenta del otro lado del teléfono la
argentina Ornella Pellizzari.
Es tiempo de
descanso: en esas aguas del Pacífico solo se puede surfear desde el amanecer
hasta las 13. Por eso, las tardes las dedica a subirse a la bici y entrenar de
cara a los ISA
World Surfing Games 2019, que se celebrarán del 7 al 15 de
septiembre en la playa de Kisakihama, en Miyazaki, situada en el sur de la isla
japonesa de Kyusu. "No son olas como las de Japón pero estoy entrenando un
montón mis pulmones y mi remada porque estas olas exigen destreza y
desafío personal", le explica a Clarín.
Es que el surf será por primera vez olímpico y
ella, que lo practica desde los 11 años y ya tiene 32, vivió en Perú un trato
distinto: "Fue una semana en la que nos trataron como atletas
profesionales por primera vez. Estuvimos en una Villa donde nos
cuidaban y éramos protagonistas. Es un privilegio estar en este
momento en el que el surfing está creciendo tanto. Y yo cumplí un sueño al
llevarme la medalla", comenta.
#NiUnaMenos. La tabla que usó Ornella Pellizzari en los
Juegos Panamericanos de Lima. (Foto: Maxi Failla)
"He
ido a varias marchas. Pienso en Ambar.
Es como mi hija, no me la toca nadie, doy la vida", resalta. Y
analiza lo que para ella representa esa lucha contra la violencia de género:
"Es algo más global para mí. Es que haya respeto mutuo. Que la gente sea
gente y no basura. Apunto a que haya respeto, justicia y equidad. Y el derecho
natural a hacer lo que queramos sin hacerle daño a nadie. Ser y dejar ser.
Rebelarse a cosas que nos enseñaron y que están mal. No todo lo que heredamos
está bueno"."Es por esas mujeres -agrega- que se quedan en la
casa y hacen lo que antiguamente se decía que tenían que
hacer: limpiar y cocinar. Mi familia me apoyó totalmente y desde muy
chica me dio libertades pero no todas tuvieron la misma suerte. Y creo que cuando alguien es
un ícono del deporte y es mujer tiene más voz y hay que hacerse escuchar".
Su otra lucha es la de enfrentar
desde adentro al machismo en el deporte. Y cuenta el caso de
una marca para la que corrió diez años: "Me dijeron que el presupuesto era
chico. Y mis resultados no les importaban, pese a que yo tenía diez
títulos nacionales y un rider sin un título ganaba tres veces más que
yo. Me sentía desvalorada, buscaban modelos o
gente de la farándula para vender. Hasta que me di cuenta de
que me estaba trabando y cuando me fui me saqué el peso y la presión".
Luego,
menciona a otra que la rechazó porque no cumplía con el
requisito de tener 10 mil seguidores en redes sociales, una
exigencia que se volvió común en los últimos años. "El mundo es puro
marketing y no hay mucha gente que sepa valorar lo bueno. Está bien que vendan
pero el mundo se está distorsionando mucho, todos se venden por plata. Y lo más
importante es la vida, hacer lo que te gusta y mantener tus valores de ser una
buena persona. Si no las respetás, a mí no me vas a mover un pelo", dice.
Por eso, señala, solo se quedó
con las marcas donde se siente "parte de la familia" y "bancaron
en las malas", como Latin Mafia, Flip Clip o Pura. Y
explica que en el surf las empresas "te ponen objetivos por invertir
cierta plata en vos", aunque a otras si sos mujer no les importa tanto el
resultado. "Te piden que te saques
la foto, que seas modelo. Además de ser top 5 o 10, tenés que ser linda y
rubia. Todo el combo. Es injusto. Por eso yo era un poco la oveja negra de las marcas
para las que corría", se queja sobre ese estereotipo que todavía guía a
ciertos empresarios.
El pago también es distinto. "No hay
igualdad en la premiación: en las mujeres es el 50% del de los hombres. Y hace
dos años era todavía mucho menos. Cuando era chica, incluso, el concurso de
la mejor cola pagaba más que la categoría Open damas.
Y encima la situación era retrógrada: los hombres eran animales gritándoles a
las mujeres. Y es algo que planteó el mismo hombre que hizo que el surfing sea
olímpico", critica. Y aclara que para realizar el circuito mundial
"hay que gastar al menos 60 mil dólares al año" y uno de sus
auspiciantes le aportaba "menos que un salario básico".
Por eso, para
solventar su pasión, su vida la divide entre el surf y su
trabajo como guardavidas. Le costó aceptar el consejo familiar
de seguir los pasos de papá -que se jubiló hace dos años- y de su hermana, con
la que comparte la torre 5 del sector sur de la playa Acantilados
desde hace dos temporadas.
"Estaba negada porque el curso de
guardavidas me significaba un año entero de quedarme en Argentina. Fue una
cuestión de ego, de pendeja, de vos sos guardavidas (por su padre) y yo soy
surfista. Pero le agradezco que me hayan presionado porque el surf no es para
toda la vida. Además, tuve una etapa frustrante en la que no conseguía los
resultados que las marcas me pedían, yo sabia que el talento lo tenía pero los
resultados vienen con el tiempo y también con el factor suerte", recuerda
quien se recibió hace cuatro años y está en la playa desde hace dos.
Ese tiempo
que pasa como guardavidas en Mar del Plata la ayuda también con el surf.
"Cinco meses al año miro a la gente y también a las olas. Competir no es
solo surfear. Es jugar tus cartas en 20 minutos y si
estudiaste el mar sabés cuántas olas vienen. Por suerte, heredé
lo marino de mi viejo y observo el mar desde muy chica. Además, me siento en mi
medio, haciendo lo que realmente nací para hacer. No
me veo en una oficina sentada, en mi cuerpo tengo hormonas luchadoras, me
siento un pececito", señala.
Con el bronce. "Toda la vida fue una lucha. Pero me
encanta. Me ha enseñado un montón. Si hubiese nacido en otro país, la habría
tenido más fácil pero todo eso me hizo quien soy", cuenta Pellizzari. (Foto:
Maxi Failla)
En Mar del Plata, sin embargo,
ha vivido momentos de tensión también, tan alejados al espíritu surfer que la
enamora cada día. "He tenido varios
rescates", cuenta sobre su labor como guardavidas. Al tiempo que
comparte que en el verano pasado participó de las marchas del Sindicato de
Guardavidas y Afines y la Unión de Guardavidas Agremiados (UGA) por un aumento
salarial y que a su hermana "se la llevaron presa al voleo y la tuvieron
desde la mañana hasta las nueve de la noche".
Pero cada sacrificio y cada
lucha cobran sentido cuando está en el mar. "En el surfing tenés que
combinar talento, fuerza física y mental, estrategia y mucha actitud para nunca
achicarte. Vas a la guerra y no podés parpadear para no regalar nada y no
dejarles dudas a los jueces en esos 20 minutos Sos un gladiador con una
tablita", resume sobre esa pasión que eligió cuando era chica y
revalida cada vez que agarra la tabla y busca esa ola hueca para hacer el tubo
de su vida.